Teniendo en cuenta que el nombre de este ahora quinteto de Seattle proviene de una canción de los héroes
The Smiths, aluciné que el título de este su tercer disco tenía algo que ver también con ellos -un lado b oculto, alguna referencia geográfica/histórica, así se llama un pata de la banda, qué sé yo-, por lo que decidí
googlearlo, al tiempo que lo escuchaba a ver qué tal. ¿Resultado? Con respecto a la búsqueda: resulta que es un término en francés que significa algo así como “
fuerza vital“, una fuerza relacionada a la evolución y desarrollo de los organismos. Con el disco, que es lo que importa, pues todo lo contrario: me aburrí como nunca.
Élan Vital es un disco fallido, con un sonido que ni por asomo guarda algún tipo de relación con la banda mencionada líneas arriba, y que no me ha movido un pelo. Mira que no parecía, porque al menos el primer par de tracks, anunciaba otro derrotero. “The Nocturnal House” (que me parece que tal vez se extiende innecesariamente) y “Pyrite Pedestal” al menos daban luces de que sí, esa vitalidad que pretenciosamente se atribuyen para su disco, estaba manifiesta. No es que sean temas de desbordante efusividad, pero sí con la suficiente calidez y entusiasmo para seguir enganchado a lo que sigue. Pues, nada, no hay sorpresas por venir. Esta sensación de impulsividad se mantiene la primera parte del cd, que muere en la (buena no más) canción “Domino”. Luego de un pequeño interludio nace el drama, pues aquí es donde
Pretty Girls Make Graves la embarra (incluso, el mismo interludio te parecerá innecesario). La nueva integrante
Leona Marrs adquiere notorio protagonismo con sus teclados, y de verdad que las atmósferas de muchos temas se me hacen impasables. La voz de
Andrea Zollo es más que agradable, sabe cantar y gritar cuando y donde debe, pero no alcanza para levantar el disco, se nota que tienen buenas ideas pero no han sabido culminarlas (”Selling The Wind”), y toman rutas inadecuadas (”The Magic Hour”) en su intento por mostrar un sonido que los aleje de su celebrado
The New Romance, que tenía más que ver con la onda de bandas emocore a lo At The Drive-In o hasta Sleater-Kinney, que con
esta camada neo post-punk a la que parece quieren intregrarse. Y no lo entiendo, porque ahí sí funcionaron. No sé si será una cuestión de gustos o de cierta sensibilidad que ya no tengo, pero Élan Vital nunca me enganchó (”Wildcat” y las que mencioné antes se pueden salvar).
Pretty Girls Make Graves edita este Élan Vital via
Matador. Sus razones habrá tenido este buen sello para tal movida. O fácil le deben un favor a alguien. Por mi parte, sorry chicas, pero este álbum va derechito a la tumba.