viernes, mayo 12, 2006

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Pearl Jam 2006

Si tienes, qué... digamos, de 28 para arriba, TIENES que haber escuchado Pearl Jam. Casi exclusivos sobrevivientes (y en vista de la sucesión de muertos y heridos de esa época, el adjetivo les cae a pelo) de toda la andanada grunge, tomaron un nuevo aire a partir de la inclusión de Matt Cameron, ex-baterista de Soundgarden, editando Binaural (2000) con él en las baquetas. Y si bien es cierto su legión de seguidores se cuenta por millones (o por lo menos, los suficientes como para que, en Brasil por ejemplo, tras una petición firmada por sus muchos fans, finalmente se decidieran a dar un concierto en tierras garotas), la fila de detractores no es tan chica que digamos. Bueno, pues, a mí SÍ me gustan. No soy fan, debo decir, mal que bien. Y es que no soporto ni su debut Ten (1991), no soporto "Jeremy" ni su video del chibolo que se dispara las sienes enfrente de sus compañeritos de clase, como no me trago ya, a estas alturas de mis veintiocho años, temas como "Even Flow" o ese himno-a-la-mal-llamada-generación-x que era "Alive", como tampoco soporto su inmediata continuación VS (1993). Sí, "Go", "Animal" y "Daughter" son temas que difícilmente escaparían a una antología rock de los '90s, pero ahí se queda el disco, arranque de caballo y parada de burro (por muy del partido Demócrata que sean los de Seattle, sabes que no me refiero a eso). Entonces Vitalogy, salido al año siguiente, es el imprescindible antes y después. Desde "Last Exit" a "Inmortality" pasando por los números experimentales de "Bugs" (si eres de los que tienen pesadillas con bichos e insectos, jamás de los jamases se te ocurra escuchar esta canción) o "Stupid Mop", se suceden temas crudos, directos, con pasta de clásicos hasta la pared del frente, "Corduroy" y "Better Man" son la muestra del mejor Pearl Jam hasta la fecha. No Code los traería de vuelta el 96, más crípticos y reservados que antes, aun si grabar más videos, y con "Hail Hail", una canción que habla sobre el amor, el odio, la pareja y las ganas de mandar todo a la mierda de manera tan compacta, que cada vez que lo escucho no me quedan ganas de seguir con el resto del disco. Yield fue lo último que les escuché a su tiempo. Y con ese disco del 98 cerraban lo que para mí es su tríptico musical. "Do The Evolution" y su video obra y gracia del Spawn Todd McFarlane los devolvían a primeros planos musicales, y en realidad, solo hacía falta esperar por el adiós, hasta siempre... Pero no pues, porque ahora -salteándonos el inocuo Riot Act (2002)- nos salen con este disco autotitulado que, en realidad, bien pudieron evitarse. Todo lo que conozcas de Pearl Jam está ahí. Lo cual es bueno y malo a la vez. Cuánto sea la proporción de cada uno dependerá de la expectativa que le tengas a este cd. Yo, sin hacerme paltas, lo tomé como vino, sin sorpresa, pero con el recuerdo de muchos otros mejores momentos que definitivamente pintan mejor que estos fríos días de mayo. "Make myself a pact not to shut doors on the past" canta Eddie Vedder en la última canción del disco, "Inside Job". Damn right. Vitalogy, ven a mí.

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