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::grandaddy::just.like.the.fambly.cat
Cuando eras niño seguro tenías tu robot de juguete favorito. Uno que cargabas para todos lados, que decía cosas raras, que se daba vueltas, que tenía muchas luces de colores que se prendían y apagaban. Y un buen día la pila se acabó (osea creciste, conociste una mujer, conseguiste un trabajo, tantas cosas…), y esa “magia” desapareció por completo. Lo agarraste, lo tiraste al suelo y lo destrozaste. Ya no era lo mismo (o de verdad fue que la pila se agotó). Desde hace unos años, Grandaddy era mi robotito. Se había convertido en esa banda que mezclaba un alucinado imaginario con una instrumentación lúdica y despreocupada, además de su pinta y una estética salida de una mezcla improbable entre ZZ Top y Flaming Lips. Pero no he sido yo quien decidió tirar mi juguete al suelo para hacerlo añicos. No, fue el mismo Jason Lytle quien quiso que esta aventura terminase. Y para despedirse sale a la luz Just Like The Fambly Cat. Grandaddy hace gala aquí también de ese space-pop tan particular, sin embargo el sabor a tedio, que supongo debe ser el mismo que les agotó sus pilas, se cuela en muchas de las canciones. Están esos riff gruñones, están sus teclados de dibujo animado vintage. Pero también hay pena, miedo y hasta pesimismo, aunque menos mal también dejan espacio para la esperanza y el agradecimiento (”Skateboarding Saves Me Twice”), que te pueden sonar a nostalgia, pues finalmente, ya todos sabemos -y ellos más que nosotros- que después de este disco, no habrá nada más adelante (”Summer… It’s Gone”). Es la ironía de alguien que sabe que no tiene nada más que perder. Algunos temas pasan los 6 minutos, y te demandarán mucho compromiso para seguirlos. En sus temas cortos (”Jeez Louise”, “Campershell Dreams”, “Disconnecty”, “Elevate Myself”), los hijos favoritos de Modesto, California te impresionan con melodías pegajosas. Luego de lo cual, y a manera de sentida despedida de sus fans, de sus amigos, del mundo (donde hay robots, animales, y uno que otro alien, ese mundo que ellos se inventaron y nosotros queremos visitar), Lytle nos asegura que ya no hay marcha atrás: “This Is How It Always Starts” y “Shangri-La (Outro)” son la última vuelta del robot. Digamos adiós, muchachos: nosotros ya crecimos… y Grandaddy se apagó.
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