jueves, agosto 24, 2006

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Robin Guthrie - Continental

Sorpresota. Ser fan de Cocteau Twins no es fácil. Obviados en los 90’s por toda la fiebre alternativa y el vainvén electrónico que asaltó al mundo durante esos años, se dejaron de lado pasados celestiales de su discografía como Heaven Or Las Vegas, por no hablar de su nulidad en los recuentos de cualquier FM cada vez que revisan los “hits” de hace 20 años. Ahora me entero de este nuevo lanzamiento de una de los gemelos, Robin Guthrie: Continental, que es la continuación de Imperial del 2002, su primer disco solista. Pues, después de escuchar este, debo conseguir como sea el anterior. Apenas le des play al primer track “Continental” te darás cuenta que la marca registrada de Guthrie no ha variado un ápice, ese sonido de guitarras que sienta una atmósfera envolvente y acogedora, es el sonido del amanecer en el edén, del momento exacto en que nuestros ojos se abrirán y serán cegados por la luz que anuncia que ya hemos dejado la dimensión terrenal. Sonidos ya explorados en su aventura gemela. Tal vez por eso a medida que avanzan los segundos te hagas la pregunta “¿y cuándo entra la voz de Liz Fraser?”. No lo hace, ni la suya ni ninguna otra. Estas 10 gemas instrumentales que muestra Continental se construyen sobre capas y capas de guitarras ensoñadoras, notas hechas de arpegios emborrachadas de fuzz y reverberaciones, y un manejo MAESTRO del delay. Y aún con lo “ligero” que eso pueda sonar por ciertos pasajes como “Conquering The Romantic”, hay números que muestran una banda con su punche, eh. Eso se percibe en “The Day Star” y “Radiance”, mi preferido del disco. Mención además por los títulos, con los que nos imbuye en un viaje sideral, un out-of-the-body experience, para graficar aquello que obviaron las líricas: “Crescent”, “As I Breathe”. Imprudente ahora exigirle que repita hazañas sónicas como las del Treasure (1984) junto a su extrañada compañera de aventuras. Lo que es innegable es la vital influencia para actos que lo sucederían, tomándoles la posta en las nubes de éter que supo construir. Desde Slowdive hasta Radio Dept., la huella de Robin Guthrie es indeleble. Santas guitarras etéreas, Batman.

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