::2006_ya.no.queda.nada::
::hope.of.the.states::left
Bandas van, bandas vienen. Sobre todo del Reino Unido. Hope Of The States estaba en la lista de grupos que pensaba mencionar estos últimos días de agosto. No solo por el hecho de haber sacado un disco que puede resultar agradable, sino también por ser uno de los atractivos de los próximos festivales de Reading y Leeds en Inglaterra. Esos shows, lamentablemente, serán los últimos. A la banda oriunda de Chichester nunca le fue bien, al menos para los ojos de su disquera, la poderosa Sony. Tal vez animada por este feeling neo-ochentero supuso que podría todavía probar del jugo que muchas bandas siguen exprimiendo a ese sonido. El asunto es que lo de Hope Of The States no va tanto por ahí. Lo suyo es el indie-pop, pero con orientaciones orquestales. Un pop de texturas épicas, con gusto por los instrumentales y los acompañamientos de redobles, bien marcial su nota. Eso es lo que se percibía en una primera escucha a su anterior The Lost Riots (2004). Además de los órganos y demás violines, tal vez el único detalle que hacía que no sea un sonido del todo convincente podría ser la voz de Sam Herlihy. Pero volvamos al Left. Si ya con su debut habían abandonado la senda post-rock a la Mogwai que en un inicio los hizo de cierto nombre, con este último disco las deudas a bandas de pop orquestado, como Manic Street Preachers, o en el peor de los casos, Embrace, son obvias. Tal vez la tragedia de perder a su guitarrista James Lawrence (se suicidó en enero del 2004), hizo que el cambio sea más por supervivencia que por estética. Tal vez la partida de Jimmi aún duela, y por eso ese inicio con "Seconds", el sonido de una palpitación que aumenta en volumen durante sus 70 y tantos segundos de duración. La placa alcanza buenos momentos, uno de ellos sería "Bonfires", con ciertos segmentos en donde la tensión del tema es bien catalizada por unos impetuosos violines. También hay varios prescindibles, la lista tendría que encabezarla "The Good Fight" y su pretenciosa solemnidad, yo paso. Los HOTS siguen con su inclinación hacia este tipo de temas-con-mensaje y grandilocuencia en la ejecución. "Left" sigue esa senda. Es uno de los temas más largos del cd, y por poco no cae en el saco de la banalidad. El otro tema largo, "The Church Choir", el que cierra el disco, sufre de lo mismo, aunque sale mucho mejor parada, con buenas dosis de emoción y una correcta sensibilidad. Me quedo con sus temas cortos, como "Industry" (aunque tiene una letra que peca de infame), "This Is A Question" (que hacia el final devuelve al grupo un poquito al post-rock), y cómo no, "Forwardirektion" (el único tema en donde la sección de cuerdas de verdad funciona). No mucho más. Digo, por si se les ocurre regresar. A partir de ahora, pues, lo único que queda es despedirse.
Bandas van, bandas vienen. Sobre todo del Reino Unido. Hope Of The States estaba en la lista de grupos que pensaba mencionar estos últimos días de agosto. No solo por el hecho de haber sacado un disco que puede resultar agradable, sino también por ser uno de los atractivos de los próximos festivales de Reading y Leeds en Inglaterra. Esos shows, lamentablemente, serán los últimos. A la banda oriunda de Chichester nunca le fue bien, al menos para los ojos de su disquera, la poderosa Sony. Tal vez animada por este feeling neo-ochentero supuso que podría todavía probar del jugo que muchas bandas siguen exprimiendo a ese sonido. El asunto es que lo de Hope Of The States no va tanto por ahí. Lo suyo es el indie-pop, pero con orientaciones orquestales. Un pop de texturas épicas, con gusto por los instrumentales y los acompañamientos de redobles, bien marcial su nota. Eso es lo que se percibía en una primera escucha a su anterior The Lost Riots (2004). Además de los órganos y demás violines, tal vez el único detalle que hacía que no sea un sonido del todo convincente podría ser la voz de Sam Herlihy. Pero volvamos al Left. Si ya con su debut habían abandonado la senda post-rock a la Mogwai que en un inicio los hizo de cierto nombre, con este último disco las deudas a bandas de pop orquestado, como Manic Street Preachers, o en el peor de los casos, Embrace, son obvias. Tal vez la tragedia de perder a su guitarrista James Lawrence (se suicidó en enero del 2004), hizo que el cambio sea más por supervivencia que por estética. Tal vez la partida de Jimmi aún duela, y por eso ese inicio con "Seconds", el sonido de una palpitación que aumenta en volumen durante sus 70 y tantos segundos de duración. La placa alcanza buenos momentos, uno de ellos sería "Bonfires", con ciertos segmentos en donde la tensión del tema es bien catalizada por unos impetuosos violines. También hay varios prescindibles, la lista tendría que encabezarla "The Good Fight" y su pretenciosa solemnidad, yo paso. Los HOTS siguen con su inclinación hacia este tipo de temas-con-mensaje y grandilocuencia en la ejecución. "Left" sigue esa senda. Es uno de los temas más largos del cd, y por poco no cae en el saco de la banalidad. El otro tema largo, "The Church Choir", el que cierra el disco, sufre de lo mismo, aunque sale mucho mejor parada, con buenas dosis de emoción y una correcta sensibilidad. Me quedo con sus temas cortos, como "Industry" (aunque tiene una letra que peca de infame), "This Is A Question" (que hacia el final devuelve al grupo un poquito al post-rock), y cómo no, "Forwardirektion" (el único tema en donde la sección de cuerdas de verdad funciona). No mucho más. Digo, por si se les ocurre regresar. A partir de ahora, pues, lo único que queda es despedirse.
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