lunes, setiembre 04, 2006

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Lambchop - Damaged

El recuerdo es imborrable. No hacía mucho que terminaba de seguir un debate de por qué el Pet Sounds debía imponerse al Sargent Pepper como el mejor disco de todos los tiempos, que me animé a bajarlo, pues nunca lo había escuchado completo. Tiempo después, y ya harto de seguir leyendo esos mismos comentarios -algunos con ánimos de querer inventar ellos mismo sus ránkings para que el resto se diera cuenta de lo mal que estaban los otros por no haberlo escogido-, me topo con un disco que en aquél momento fue como mi oasis (el sentido figurado, no la banda, eh): su título era Pet Sounds Sucks. Aquel día fui un poquito más feliz. ¿Los culpables? Lambchop. Ya estábamos en el 2002, y sentía que me había estado perdiendo del secreto mejor guardado en la música norteamericana. Qué Beach Boys ni qué ocho cuartos. El verdadero sonido de norteamérica estaba a puertas de serme develado. Comencé a partir de entonces a conseguir cualquier cosa que hayan editado estos muchachos de Nashville, liderados por la voz fulminante de Kurt Wagner. Tendría que abrir un nuevo blog solo para hablar de todos sus discos, sin embargo basta decir que con este noveno (algunos lo consideran el décimo) la valla vuelve a subir. En Damaged el buen Kurt habla ya no de nuestras penas y pesares, sino de las suyas: sobrevivió a un diagnóstico de cáncer y a la operación de un quiste en su quijada. Tiene con qué. Su sonido alt-country sigue inalterable, y se toman su tiempo para desarrollar sus canciones. El arranque es con "Paperback Bible" y "Prepared [2]", temas largos, el primero incluso de casi 8 minutos. Pero es esa tensión pasiva/agresiva, de amargas confesiones que hace que fluyan sin sentirse el tiempo transcurrido. Damaged muestra a un combo irrefutablemente compacto, no le sobra nada, arreglos de teclados tan delicados como coloridos, dándole tantos matices, que van desde una banda anunciando el apocalipsis ("Decline Of Country And Western Civilization") hasta una suite impecable y refinada ("Rise And Fall Of Letter P"), que son complementados por la soberbia voz de Wagner, tan sobria y conmovedora, la cual te impregna cada sentimiento que te transmite. Ya me imagino lo que debe haber pasado por su cabeza al pasar por el doctor durante estos años. Y se entiende entonces el por qué de esas letras, la resignación que trae consigo la incógnita de no saber qué será de él ("I Would Have Waisted Here All Day"), junto con el miedo y la soledad que nos es tan cercana ("Fear"). ¿Mi favorita? "Beers Before The Barbican", lap-steel salpicado de soul. La gema del disco. Sigo pensando que sus discos son para escucharlos reposando en tu sillón favorito, pensando en nada, luego de un agotar y fatídico día, y un vaso con licor a medio llenar. En la mejor tradición de Nick Cave (el doble Abattoir Blues / The Lyre Of Orpheus del australiano fue comparado con su Aw C'mon / No You C'mon, el último disco que sacaron hace un par de años) y los maravillosos Tindersticks -todos ellos con registros vocales bastante similares-, Lambchop se erige ya como una de las mejores bandas de los Estados Unidos hoy por hoy. A ver si este Wagner le quita su sitio al otro Kurt, de una buena vez.

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